26-06-2o09 |
| Nada es típico en la Práctica Rara. Ni el lugar, ni cómo se accede, ni la clase previa, ni la música que se escucha, ni el tipo de gente que baila, ni cómo se promociona. Inaugurado en octubre de 2008 por "Las Marinas" (Marina Fernández y Marina Amesgaray Kenny), el espacio es definido por Fernández como "Práctica + otras yerbas". La práctica, como saben quienes frecuentan el circuito milonguero, es algo así como una milonga informal, un baile menos atento a los llamados códigos (en Rara casi no hay cabeceo, la música no está organizada en tandas separadas por cortinas y la indumentaria no sigue ningún precepto, ni explícito ni tácito). Las "otras yerbas" son números de música en vivo y danza, pero siempre fuera de lo trillado. El jueves de nuestra visita, por caso, hubo tres obras de danza contemporánea y para el futuro inmediato las organizadoras están pensando en llevar otra puesta de danza que no interrumpa el baile social, con los artistas bailando en los rincones o en el centro de la pista. El salón donde transcurre la Práctica Rara no es muy grande. El piso es de madera, con paredes interrumpidas por ventanas y espejos. En el centro, preside la pista una columna junto a la cual hay dos grandes parlantes. La luz es poca, pero estratégica. Apenas tres o cuatro spots de colores cálidos iluminan el ambiente. No hay mesas ni sillas. Quienes no bailan se alinean junto a la pared, ya sea de pie o sentados en el piso. Abrigos y demás pertenencias los acompañan dispersos sobre un banco de plaza, único asiento disponible. Curiosidad auspiciosa: un piano de cola contra un rincón. El lugar, sede del Centro Cultural El Esquinazo, pertenece a la Mutual de Empleados del Banco Provincia. Al llegar, ya es atípica hasta la sensación de tener que tocar timbre y esperar que a uno le abran como al llegar a cualquier departamento. Una vez dentro del edificio, uno toma el ascensor (o sube por la escalera) hasta un tercer piso. Una recepción con un par de mesas es lo primero que ve el visitante. Allí puede tomar algo o entrarle a panes rellenos caseros en cualquier momento de la noche como para reponer energías. Todas las dependencias de este peculiar “depto” milonguero están calefaccionadas en un remedo cool de pisito descripto en el tango "A media luz". La música que suena es tan peculiar como atractiva. Desde tango bien bailable pero infrecuente (como el primer Quinteto Real o las grabaciones del armoniquista Hugo Díaz) hasta géneros tan disímiles como lo que en los últimos años se conoce como "world music" (música del mundo), pero con cierto predominio del jazz. "Paso de todo, siempre que sea rítmico", resume el joven DJ Pablo Nieto, quien además trabaja en El Beso y en La Catedral. El público de la Práctica Rara está compuesto básicamente por bailarines con cierta experiencia, ya sea profesionales o aficionados. Entre ellos, hay un alto porcentaje de extranjeros, según cuenta Fernández. Puestos en movimiento, los concurrentes ensayan pasos desde abrazos de apertura variable, aunque Marina asegura que se ve mucho "abrazo abierto" (ese que caracteriza al llamado "tango nuevo"). El espacio disponible favorece las experimentaciones, no sólo con movimientos de tango sino con otros más heterodoxos, lo mismo que la aplicación de formas de tango a músicas no tangueras. La noche de nuestra visita, la clase previa estuvo a cargo de Germán Ivancic, integrante del grupo de creación coreográfica Tangueteros. Ivancic arrancó con ejercicios de conciencia corporal y espacial, a los que gradualmente fue sumando consignas hasta llevar a los alumnos a relacionarse con movimientos de tango. Descalzos, todos fueron realizando torsiones, flexiones y extensiones de una manera más conciente que lo habitual. Varios de los ejercicios invitaban a ocupar los espacios que el otro deja libres, un precepto que Ivancic definió como clave para el tango. Al final, convocó a una devolución en ronda donde un alumno destacó el enfoque hacia una "desinhibición e improvisación creativa" y otra alumna la idea de "construir los roles, escuchando al otro". La Rara es una práctica eminentemente "under". Se promociona sobre todo a través del boca en boca y de la red social-virtual Facebook. La clase previa a la Práctica Rara tiene un valor de $15 (con promos de 2x1) y la entrada a la milonga sale $10 y, hasta la medianoche, también rige un atractivo 2x1. Los encuentros se concretan los segundos jueves de cada mes en Perón 1785, tercer piso. La clase empieza a las 21.45 (sí, un horario raro) y el baile a las 23 (¿habrán elegido un horario redondo sólo para desorientar?). Dicen que "se pone bien" a partir de las 0.30, en tanto las organizadoras informaron que el show se ofrece alrededor de la 1 y que, "si da", se arma hasta las 4. Quienes deseen saber más sobre esta práctica pueden entrar a practicarara.blogspot.com o escribir a practicarara@gmail.com. |
| Crónica: Carlos Bevilacqua |
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RADIO MADRE AM 530
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