Los consejos de Edmundo Rivero a la hora de cantar

A cuatro décadas de la aparición del libro "Las voces, Gardel y el canto", de Edmundo Rivero. A 39 años de su muerte.
17 enero, 2025

En febrero se cumplen 40 años de la edición de Las voces, Gardel y el canto, el libro con el que Edmundo Rivero dejó plasmado el testimonio y la experiencia en su oficio de cantor.

Con la publicación del material, Rivero se adentró en un riguroso estudio que ofrece trayectorias filosóficas, históricas, técnicas y personales sobre la voz, la relevancia y características de Gardel en la cultura vocal y una serie de recomendaciones y observaciones acerca del arte de cantar.

La portada del libro de Edmundo Rivero (1985)

“Les dejo una serie de experiencias y observaciones hechas a lo largo de mi actividad”, dice Rivero en el texto inicial de su libro.

Y continúa: “Creo que el secreto reside, primero, en el cuidado personal, basado en un lema que se me ocurrió hace tiempo: el hombre se perjudica por la boca, por lo que come indiscriminadamente y por lo que habla. Esto se puede evitar dedicándose con amor a la profesión y al semejante, que es el depositario de lo que uno canta y que espera que no se le defraude”.

“El feo” –o “Gaucho” como lo apodaba Troilo- cruzó el barrio sin regresar el 18 de enero de 1986, a casi un año de haber publicado su libro.

Pasaron 39 años de la partida de una de las voces fundamentales del tango, aire de voz sustanciosa que supo reponerse con integridad y disciplina a las resistencias y sorderas de la doxa tanguera, la misma disciplina que vierte en las páginas de Las voces, Gardel y el canto.

10 consejos de Rivero al momento de cantar

1) “El elemento más importante para la emisión de la voz es el aire. Para tener gran capacidad de aire hay que saber inspirarlo y expirarlo, de tal modo que no exija esfuerzo alguno” (…) La voz está puesta por naturaleza; no hay que tratar de cantar en otro timbre porque se daña, tampoco hacerlo forzando la tesitura”.

2) “En mi larga experiencia en el canto, siempre se acercan a El Viejo Almacén chicos y jóvenes o gente mayor para que los escuche. De este modo, a través de la expresión de estos cantores, he logrado interiorizarme de una peculiar mentalidad, que fue clasificada por Rossini con muy buen humor: hay quienes saben cantar y no tienen voz, hay otros que tienen voz y no saben cantar, están los que saben cantar y tienen voz y están los que no saben cantar ni tienen voz. Estos últimos son los que creen que saben y como no saben que no saben, son además, los que nunca aprenden porque no aceptan indicaciones de los que saben”.

Edmundo Rivero

3) De mi experiencia de muchos años como cantante, he aprendido algunas cosas que deben tener en cuenta los que recién se inician en este arte.

— aprender bien el tema.
— crear en la mente paisajes donde se desarrolla el tema.
— practicar ejercicios con lectura.
— habitar y aprender de memoria la letra, recitarla ante el espejo con sus comas y silencios, etc.
— agregar la música a la palabra.
— buscar el tono de acuerdo a su timbre, a su tesitura y al tema.
— si el tema es alegre, el tono más alto posible; si es dramático, lo más bajo y en algunos casos, gregoriano.
— el tiempo, si es alegre, más rápido; si es drama, más lento.
— interpretar.
— ver memorias.
— aplicación de la voz (adornos útiles para embellecer sonidos y palabras, expresión justa).
— sensaciones del tema.
— en finales de frase, cuando la sílaba es grave, “la anteúltima nota”, lizarla hasta la última que cierra el compás, apoyando los tiempos fuertes para conservar el ritmo dentro del compás.

Una de las páginas del libro de Rivero.

4) “El cantante que gana popularidad debe después conquistar prestigio. Una vez logrado éste, debe cuidarlo tanto como a la voz. No hay que olvidar que él dejará de cantar pero que el prestigio perdurará y se agrandará en el tiempo”.

5) “Al comenzar la función, siempre debe colocarse un tema conocido y gustado por el público; al finalizar, debe interpretarse el de más impacto en el repertorio. Dicen los italianos: empieza bien y termina bien, lo demás es para que se destaque el final”.

6) “Es preferible que los temas nuestros sean contados y no cantados”.

7) “Dice la gente del campo con respecto a cierto cantor: ‘No canta bien pero canta fuerte’. Esta sabia observación instintiva significa que es preferible cantar a media voz que con toda ella, salvo en ocasiones que lo exijan la melodía y la letra”.

8) “La voz tiene que estar al servicio del tema y no a la inversa”.

9) “Siempre hay que vocalizar antes de la primera función (si hay varias). El artista debe estar en el camarín en perfecto estado: haber descansado por lo menos 8 horas, hablar lo menos posible hasta pasadas las 10 o 12 horas de la función anterior. Ingerir alimentos livianos lo menos 2 o 3 horas antes. Hacer ejercicios respiratorios adecuados al canto, de acuerdo a lo indicado por el maestro. Llegar lo menos 1 hora antes al lugar de la actuación para aclimatarse al ambiente, al cambio de temperatura y vocalizar media hora como mínimo”.

10) “El cantante es el encargado de hacer sentir lo que siente, creer lo que él cree, acomodar la voluntad del oyente a la suya, hacer sentir sus sensaciones, que son las mismas que le traduce el tema”.

Bonus track

“Las manos: apoyarán la palabra. Recordemos que el primer idioma del hombre fue el gesto. En la época actual aún se usa para señalar e indicar posiciones: alto, bajo, gordo, pequeño. Con los dedos, para rubricar el total”.

“No debe olvidarse nunca que se puede tener un gran instinto artístico, un impulso natural con mucho encanto, un buen color de voz, pero todo esto, por bueno que sea, es necesario cultivarlo. Eso es lo que hizo Gardel. Sigamos su ejemplo”.

Aníbal Troilo y Edmundo Rivero

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