Adam Tully es guitarrista y compositor. Nació en Nueva York pero eligió a Buenos Aires y al tango como sus coordenadas de expresión y refugio.
“Estoy muy agradecido a este país que me recibió con los brazos abiertos”, dice el músico que acaba de editar Idas y vueltas, su nuevo disco en el que sigue ofreciendo obra propia en tango.
El material, construido con la sonoridad de un de trío de guitarra, contrabajo y piano, presenta ocho composiciones en las que Tully deja entrever su historia porteña .
“Son composiciones originales con muchos climas en cada uno, con tonalidades arraigadas en el tango, con sus pautas rítmicas y formales pero al mismo tiempo buscan traer otros lenguajes”, dice el guitarrista neoyorkino. Se trata de un encuentro entre tango, música de cámara, jazz, música criolla y la visión personal del compositor.

A Buenos Aires le dedica “Este cielo celeste”. También muestra su “vuelo fantasioso” en valses como “La semilla” y “Cuento anónimo”, que remiten al tango pero arrojan corrientes de romanticismo o modernismo del siglo pasado.
Un poco más disruptivas son obras como “Fernando Otero” -homenaje a un innovador de la música argentina contemporánea y mentor de Tully- y “Como llenar un vacío”. Ambas acercan al oído sonidos, tal vez, ajenos al tango. Escalas musicales que no suenan occidentales o gestos que son dignos de los jazzeros del ’60 pero siempre entremezclados con la impronta de la música popular argentina.
El tango “De ida y vuelta” surge de un juego que se propuso el compositor. Una noche, al sacar la basura decidió crear una melodía durante el viaje de ida y otra en el viaje de vuelta. A base de las dos melodías terminó construyendo ese tango. Música nacida del desperdicio, transformaciones de la materia y el movimiento.
Asimismo, cuenta Tully, el proceso de grabación del álbum “terminó siendo una odisea, con interrupciones por pandemias, hijos que nacían, mudanzas y demás”. Con ese panorama, Adam decidió bautizar su disco con el nombre “Idas y vueltas”, en sintonía a esa larga gestación del proyecto y como un guiño a su obra más lúdica inspirada por su devenir porteño.