Luego de la caída de un entrepiso en el boliche “Beara” que provocó la muerte de dos jóvenes, inspectores del Gobierno de la Ciudad comenzaron a fiscalizar más de un centenar de locales suspendiendo la actividad musical y los permisos de excepción, habilitaciones provisorias que los espacios utilizan hasta obtener un permiso estable.

Sin una regulación concreta sobre los clubes de música -situación que quedó evidenciada con el incendio de Cromañon-, durante los últimos días, músicos de diversos géneros se convocaron en la Jefatura porteña para reclamar el cese de la prohibición de la actividad musical en espacios de conciertos. Sin poder reunirse con el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, los trabajadores de la actividad musical y las artes escénicas volvieron a realizar una convocatoria en el mismo lugar para el lunes 27 a partir de las 13.

En tanto, ya son varios los lugares en los que el órgano fiscalizador del gobierno porteño impidió realizar música en vivo. Tal es el caso de “Café Vinilo” o “Un lugar en Ortuzar”. Marcelo De Souza, programador de “Un lugar…”, indicó en un comunicado a músicos y artistas que una pareja de inspectores “haciéndose pasar por público que venía al show, sin identificarse como agentes del PRO hasta no estar dentro del local” fueron quienes les informaron acerca de la prohibición de llevar a cabo conciertos en vivo.

“Si bien no clausuraron el Resto porque no encontraron nada que no estuviese en regla, nos apretaron nuevamente para que no continuáramos con la actividad. Cuando argumentamos que se trataba de un evento privado nos exhibieron una hoja impresa de nuestra publicación en Facebook donde decía ‘otra noche de jazz & jam en Ortúzar’ y nos ‘obsequiaron’ un indulto bajo amenaza”, sostuvo De Souza.

Por su parte, sobre la situación de “Café Vinilo”, el músico Marcelo Moguilevsky expresó en una carta abierta que los funcionarios gubernamentales argumentaron la revocación del permiso provisorio para hacer música “diciendo que comprobaban el perfecto estado de seguridad del establecimiento, que reunía todas las normas anti incendio, desastres y demás, pero que la orden era clara: nada de música en vivo”.

“Ayer no pude ir a trabajar. No pude expresarme tampoco. Mi derecho a trabajar y llegar a fin de mes, pagar decorosamente mi alquiler tocando música con Puente Celeste lo pulverizó Mauricio Macri quien, temeroso por la tragedia del boliche ‘Beara’, mandó a la calle a sus inspectores”, manifestó el compositor y multiinstrumentista sobre el perjuicio provocado por la suspensión de música en vivo en bares y clubes de la ciudad.